A MODO DE INTRODUCCIÓN
Desde que me excitó la idea de escribir, sobre todo para la escena, conté con la posibilidad de que un texto, una vez impreso o repartido como los naipes de mano en mano, pudiera volver a recuperar su plasticidad, ponerse al servicio de cualquier juego que no fuera la mera lectura pasiva, dirigida y con una única puerta de salida.