POWER POINT vs. ORATORIA

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Curso SIN MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO. Sede universitaria de Cocentaina 2014

 ¿PARA QUÉ UTILIZAMOS POWER POINT EN LAS EXPOSICIONES?

No es esta una advertencia sino una pregunta fundamental que debemos formular sobre las herramientas que usamos en nuestras charlas, reuniones, mítines y presentaciones.

Con frecuencia se suceden, en las sesiones SIN MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO, debates y referencias controvertidas sobre el uso del Power Point u otros programas gráficos y audiovisuales.

Hay quienes basan sus exposiciones, exclusivamente en este scroll de textos e imágenes. Pues vaya por delante una serie de reflexiones imprescindibles para que los espectadores, abordados por el tedio, no se vean impulsados a abandonar la atención o, en el peor de los casos, la sala.

Si ya has respondido a la pregunta indicada continuemos, en caso contrario detente y resuelve el primer movimiento: ¿Que aporta a tu presentación cada herramienta?

En la Oratoria conviene que el uso de cualquier instrumento visual esté al servicio del discurso y no a la inversa. Muchos son los estudiantes universitarios que confiesan no acudir a determinadas clases cuyos profesores utilizan el modo POWER POINT- GUION.

Avalo esta decisión de no sufrir el tedioso pase de decenas de pantallas repletas de centenares de frases, con miles de palabras que avanzan lo que vamos a escuchar. ¿Qué sentido tiene estar leyendo lo que a continuación escucharemos?.

Teniendo en cuenta que la visión es más rápida que la fonación, cuando el ponente habla ya lo hemos leído, estamos pensando, confrontando, procesando, comparando, analizando... y el nivel de atención al discurso decrece. Toma conciencia de este hecho y podrás verificar que mientras tu público lee los textos escritos en la pantalla, no sigue el curso de tu dialogo; no podemos atender los dos campos simultáneamente, así que mejor olvidarse de los textos densos escritos: su impacto para la comprensión y memoria es mínimo, casi nulo.

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Joan Antoni Cerdà. Curso SIN MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO. Ayuntamiento de Biar  2016

Este tipo de presentación distorsiona la compresión de los espectadores; nadie puede metabolizar de manera ordenada conceptos que se expresan constantes en dos lenguajes paralelos, en este caso la palabra escrita y la palabra hablada.

Existe una premisa en el lenguaje fílmico: no narrar la imagen pues contiene la descripción en sí misma y estaríamos cometiendo el error que acabamos de citar con un POWER GUION. Suelo poner un ejemplo para entender esta torpeza comunicativa que puede pasar a ser una tortura. Vaya como ejemplo gráfico aquellas imágenes del viejo NODO que mostraban unas montañas coronadas por la nieve, mientras la característica voz afirmaba lo obvio:"están ustedes viendo unas montañas nevadas".

Por otro lado, elegir este tipo de presentación que muestra el propio discurso, sin más, proyectado en la pantalla, desvela una tipología de ponente que busca la confortabilidad de no explorar y buscar más allá del puro guión, y también revela la poca disposición a exponerse, acercarse y comunicar con el público eligiendo la cómoda opción de esconderse tras el atril u ordenador y desde esa barricada disparar el tema elegido.

Además quienes eligen esta tipología de presentación, de total dependencia en el guión proyectado, suelen mirar con frecuencia a la pantalla, añadiendo a las citadas consecuencias de tedio y dificultad de comprensión, sus constantes giros de cuello en dirección contraria al público con las consabidas pérdidas de proyección de la voz.
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 José María García. Curso SIN MIEDO A HABLAR  EN PÚBLICO. Sede Universitaria Ciudad de Alicante 2016

Y hay más. Cuando la persona que expone está hablando mientras el espectador lee, no olvidemos que, ante este inadecuado uso de la Oratoria, entre el cuerpo estático e inexpresivo del ponente y la pantalla luminosa y en movimiento, es esta segunda la que atrapa nuestra atención. Y más si quien expone se sitúa en una zona poco iluminada u oscura; requiere más esfuerzo para el público seguir con interés un voz que procede de las tinieblas, carente de gesto y movimientos.

O lo que es igual, abordar un tema con completa dependencia de lo que se proyecta en una pared antepone la pantalla a la imagen física de quien expone, debilitado su presencia escénica y en consecuencia el grado de atención hacia su persona

Por todo ello, honestamente, como esos alumnos que expresan su aburrimiento, yo también me quedaría en casa.

¿Pero estoy insinuando una imagen denostada del POWER POINT? En absoluto. Mi formación en Arte Dramático, en el ámbito escénico y audiovisual me empuja a utilizar cuantas herramientas contribuyan a la comprensión del mensaje aunque, como afirmaría Meyerhold, siempre que su uso sea útil para la escena.

El Decálogo que exponemos en las sesiones SIN MIEDO A HABLAR EN PUBLICO muestra la otra cara de esta herramienta y puedo afirmar, con la sonrisa ensanchada, que he disfrutado con muchas de estas exposiciones que, atendiendo ciertas premisas, nos atrapan, subrayan el discurso y nos sorprenden con breves textos e imágenes que recalarán a largo plazo en nuestra memoria. De hecho podría recordar centenares de presentaciones realizadas a partir de una pregunta o una imagen con mayor impacto, que no de un denso texto escrito.

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Elisabet Galiana Curso SIN MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO. Sede Univversitaria de Cocentaina 2014

La tendencia actua de la Oratoria vuelve a dar paso a la palabra, desprovista de ornamentos, y repleta de fuerza y entusiasmo.

La clara intención del discurso junto a una ajustada proyección física y vocal no requiere mucho más.

Todos recordamos a alguien que nos ha mantenido absortos durante una, dos o tres horas, atentos al hilo de sus palabras.

Hace años que no sigo a Fernando Sánchez Dragó pero es justo evocar su verborrea y capacidad para comunicar con la que llenaba espacios, solo con su palabra. En la década de los ochenta se presentó en aquel templo de la Cultura alicantina que dirigía Carlos Mateo; el Aula de Cultura ponía foco a los personajes relevantes del planeta (pensadores, artistas, políticos, científicos...). Sánchez Dragó mantuvo durante dos horas el silencio más agudo de un auditorio repleto, incluso con espectadores sentados en los pasillos, que seguían sus relatos de viajes, magia, amor y literatura. En la escena, él sólo, iluminado por tenues cenitales y como único recurso la palabra.

Hablar en público no requiere de ornamentos sino de plena concentración en el guión y proyección energética en la que interviene todo nuestro cuerpo.

En las presentaciones en público la adecuada utilización de programas gráficos y audiovisuales amplia y refuerza el discurso, nos posibilita comprender de forma rápida cifras, datos y aspectos simbólicos, y la adecuada selección de imágenes representa una excelente llave para la memoria que nos permitirá recordar los aspectos subrayados con técnica en esa charla.

Pero por el bien del auditorio, para saldar las expectativas de esos espectadores que confían su tiempo y deseo de aprender en tu capacidad de comunicación, ojo con el Power Point que diseñas.

No suscribas esa máxima que vaticina: Traigo mi discurso en un Power... no tengo nada que decir.
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José Luis Hernández. Curso SIN MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO, Sede Universitaria de Villena 2014

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© Coral Pastor 2016